miércoles, 10 de octubre de 2007

G A R Z A S




Salir a caballo sin prisa y mejor aún sin “nada que hacer”, es realmente un bálsamo para nuestro estresado, acelerado y citadino cuerpo, lo mismo pasa cuando vamos a rodear ganado o corremos al galope para asistir una vaca que está “malpariendo”. Ambas circunstancias están llenas de romanticismo y aventura, especialmente para quien vive en la metrópoli pero tiene el corazón en el campo. En ambos casos el bálsamo funciona, el asunto es estar en el campo.

Uno de mis preferidos “tours ecuestres” es visitar unas colonias de nidificación que se encuentran a orillas de un pequeño estero, digo pequeño, pero solo en verano, ya que luego de una buena lluvia cruzarlo a caballo puede ser simplemente imposible.

Los frondosos árboles que tachonan sus orillas, apenas llega la primavera y como siguiendo una mágica rutina, se llenan de aves que con algarabía y diligencia se afanan en sacar sus polluelos.

Curiosamente un año los inquilinos más numerosos son los guairavos o huairavos (Nycticorax nycticorax) que prefieren acomodar sus nidos entre las zarzas, otro año son las garzas chicas (Egretta thula thula) que construyen un nido bastante descuidado desde donde por milagro sus huevos no caen al vacío.

Coordinadamente y como “por turnos” en esos mismos árboles, incluso mismos nidos llegan a empollar las garzas grandes (Ardea alba).En mi última visita (sept 07) eran éstas las más abundantes, había cerca de cien, todo un espectáculo.

Esta hermosa ave se diferencia de las otras dos garzas blancas que habitan Chile, primero por su tamaño, es la más grande llega a 85 cm de altura y tiene el pico puntiagudo y color amarillo y las patas negras. La garza chica tiene el pico negro con la base amarilla y las patas negras, con los pies amarillos, y solo mide 50 cm..


La otra garza blanca que habita nuestros campos es la garza bueyera o boyera (Bubulcus ibis) que es la más chica de las tres y siempre se encuentra junto al ganado o tras el arado disputando el alimento con los tiuques, no es muy amiga del agua.


Mención especial merece la garza cuca (Ardea cocoi), esta ave mide 1,20 mt. Y es la más grande de todas , este año estaban anidando en unos frondosos eucaliptos cerca de las otras garzas. Son habitantes permanentes en ese lugar, con su porte elegante, hermoso colorido gris azulado y su gorro negro regalan a nuestros ojos un lindo espectáculo. Sin desmontar y solo usando un lente normal (55 mm) hice las fotografías que comparto, otra ventaja de ir a caballo, las aves permiten acercarse más y son más confiadas.





1 comentario:

Paqui's stuff dijo...

...muy lindo papá, no te veo mucho más tiempo en la "metrópolis"... anhelas demaciado el campo y sus habitantes. Espero que tus sueños con "Apícola Del Pilar" se hagan realidad y más que lo material, que puedas vivir y disfutar del campo todos los días del año y de tu vida..Un beso La Paqui